muchas personas demuestran o exponen su temor ante el desarrollo de las computadoras y de los robots pero en realidad el desarrollo de estos demostrado en la inteligencia artificial constituye una rama de la informática que, en los últimos tiempos, está adquiriendo creciente importancia. Su campo de estudio lo constituyen los procedimientos necesarios para elaborar sistemas entre cuyas prestaciones figuren las que, tradicionalmente, se han considerado privativas de la inteligencia humana.
Los objetivos de la inteligencia artificial: Un ordenador ejecuta las órdenes para procesar datos que le son suministrados sin que disponga de capacidad para desarrollar razonamiento alguno acerca de dicha información. Frente a ello, la propuesta de la inteligencia artificial consiste en lograr que el procesador se adapte al método de razonamiento y comunicación humanos, para que pueda, no sólo poner en práctica los algoritmos que en él introduce el hombre, sino establecer los suyos propios para resolver problemas. El ordenador puede calcular el área de un polígono siempre que posea el programa que le proporciona el dato de la medida de uno de sus lados y la fórmula correspondiente para realizar dicha operación; la inteligencia artificial pretende que el procesador sea instruido en los principios de la geometría, para, por sí mismo, resolver la cuestión, a partir de un algoritmo de su propia creación. En definitiva, la inteligencia artificial explora los mecanismos que convierten al ordenador en una máquina pensante. La posibilidad de que esta hipótesis llegue a hacerse realidad es rechazada por numerosos expertos informáticos. En todo caso, se siguen explorando caminos y, día a día, se constatan los progresos.
Los objetivos de la inteligencia artificial: Un ordenador ejecuta las órdenes para procesar datos que le son suministrados sin que disponga de capacidad para desarrollar razonamiento alguno acerca de dicha información. Frente a ello, la propuesta de la inteligencia artificial consiste en lograr que el procesador se adapte al método de razonamiento y comunicación humanos, para que pueda, no sólo poner en práctica los algoritmos que en él introduce el hombre, sino establecer los suyos propios para resolver problemas. El ordenador puede calcular el área de un polígono siempre que posea el programa que le proporciona el dato de la medida de uno de sus lados y la fórmula correspondiente para realizar dicha operación; la inteligencia artificial pretende que el procesador sea instruido en los principios de la geometría, para, por sí mismo, resolver la cuestión, a partir de un algoritmo de su propia creación. En definitiva, la inteligencia artificial explora los mecanismos que convierten al ordenador en una máquina pensante. La posibilidad de que esta hipótesis llegue a hacerse realidad es rechazada por numerosos expertos informáticos. En todo caso, se siguen explorando caminos y, día a día, se constatan los progresos.
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